Si buscas recetas bajas en calorías, ligeras, sabrosas, rápidas, y fáciles de elaborar, has dado con una de ellas. Estas pechugas de pollo asadas se hacen en el horno, no necesitan prácticamente nada de aceite, y quedan muy jugositas por dentro.
Un plato sencillo y delicioso,. Perfecto tanto para comidas como para cenas que además, nos permite ir variando su sabor según el aliño que le pongamos. En esta ocasión, yo he utilizado mezcla de pimientas y salvia fresca aprovechando que tengo una planta en casa. Pero estarán también muy ricas si elegimos otro tipo de hierbas aromáticas como romero o tomillo, o si las aliñamos con limón.
Prueba a acompañarlas de puré de manzana y calabacín o de unas patatas fritas light.
En 20 minutos la comida preparada sin necesidad de manchar la cocina.
- 1 pechuga de pollo grande (2 medias de 350grs. cada una)
- Hojas de salvia fresca
- Mezcla de pimientas molidas (negra, blanca, rosa...)
- Un chorrito de aceite de oliva virgen
- Sal
- Precalienta el horno a 250º con calor arriba y abajo.
- Marca la pechuga para sellarla y que se queden todos los jugos dentro. Para ello, pon a calentar una sartén con unas gotas de aceite de oliva y dora las pechugas por los dos lados con el fuego bien fuerte. Solo séllala sin que se haga por dentro. Será cuestión de 1 minuto por cada lado.
- Pasa la pechuga a una fuente para horno, rocia unas gotitas de aceite de oliva y salpimenta generosamente. Añade un poco de agua en el fondo de la bandeja. Muy poca, solo para que la base tenga líquido y no se sequen las pechugas. En el agua, pon unas cuantas hojas de salvia y mete en el horno ya caliente. Asa durante unos 15 minutos.
- Pasado el tiempo, saca las pechugas y filetéalas con cuidado de no quemarte.